Pagos de Matanegra llora. Tras el letargo invernal, la vid inicia su ciclo vegetativo en primavera, después de un largo descanso, y lo hace llorando.
¿Qué es el lloro de la vid?
Con la subida de temperaturas, la vid se recupera del invierno, absorbiendo agua y elementos minerales del suelo. También la savia recorre de nuevo la planta. Cuando llega a algún corte, realizado en la poda, la savia gotea a través de esos cortes, formando “lágrimas”.Y no pocas lágrimas- precisamente- una vid puede llegar a derramar hasta 5 litros por cepa.
Aquí, también hay que intensificar los cuidados, si la cepa llora mucho causado por podas severas o tardías, la brotación de las yemas se retrasa y sin embargo, si se poda con mayor levedad y antes, el derrame del lloro será más lento y la brotación se adelanta.
Estas “lágrimas” cicatrizan las heridas de la planta, se irán recubriendo de una sustancia gomosa, que taponará los vasos. De esta forma quedan cauterizadas y se protegen, de forma natural, de las diferentes agresiones que pueden sufrir, por ejemplo: las plagas.
Una vez cesa el lloro, las yemas comenzaran a hincharse y a brotar. De estas pequeñas yemas nacerán los nuevos sarmientos, hojas y frutos que tanto esperamos.
En PAGOS DE MATANEGRA nuestro objetivo son unos viñedos sanos, equilibrados, que son fruto de un seguimiento exhaustivo de:
– la pluviometría
– control analítico de nuestros suelos
– adecuación de las labores de campo a los ciclos lunares
– análisis de las horas de sol
– análisis del estrés hídrico
Y sobre todo, dedicación y cariño, a la piedra angular de nuestra bodega: nuestros viñedos, nuestras uvas.
Sabemos que esos mimos llegan embotellados a ti y queremos que puedas degustar toda esa labor, que puedas diferenciar un vino cuidado de aquel que no lo es.
Confía en nosotros, cualquiera de nuestras variedades te va a sorprender. Pincha AQUÍ.