Vino y relatos

Vino y relatos

Vino y relatos. Sergio, un amante del vino, llegó a Olmedillo de Roa, un tranquilo pueblo en la región vinícola de Ribera del Duero. Su objetivo era sumergirse en el mundo del vino y descubrir los secretos detrás de las cepas centenarias que se rumoreaba existían en la zona.

Guiado por la curiosidad, Sergio se aventuró por un camino de tierra que lo llevó a un viñedo impresionante. Leyó en un barril junto al camino: Pagos de Matanegra. Allí encontró a Mateo, un anciano dedicado al cuidado de las vides y la elaboración del vino. Fascinado por la experiencia y sabiduría de Mateo, Sergio aceptó aprender sobre el proceso de cultivo de la vid y la elaboración del vino.

Durante días, Sergio se sumergió en el mundo del viñedo, absorbiendo cada detalle sobre el cultivo de la vid, el terroir y los cuidados necesarios para obtener uvas de calidad excepcional. Mateo compartía con él sus conocimientos con pasión, explicándole cómo la combinación del clima, el suelo y la dedicación de generaciones había llevado a la creación de un vino excepcional en aquel lugar.

Sergio aprendió sobre la meticulosa vendimia, seleccionando las uvas más maduras y dulces, y sobre el delicado proceso de prensado y fermentación que transformaba el fruto en el líquido precioso que es el vino. Cada día, al caer la tarde, Mateo y Sergio compartían una copa de vino bajo la sombra de un viejo roble. Entre risas y anécdotas, Sergio descubría el sabor único y la complejidad de cada variedad de vino que probaba. La pasión de Mateo por su arte era contagiosa y Sergio se sentía agradecido por la oportunidad de aprender de un maestro tan dedicado.

Un día, Mateo llevó a Sergio a un rincón especial del viñedo, donde se alzaban cepas centenarias. Aquellas vides, con troncos robustos y arrugados, eran el tesoro más preciado del viñedo. Mateo explicó que estas cepas eran testigos silenciosos de la historia del lugar, llevando consigo la herencia de generaciones.

A medida que pasaban los días, Sergio se sumergía cada vez más en la magia del proceso de elaboración del vino. Descubrió la importancia del envejecimiento en barricas de roble, donde el vino adquiría complejidad y carácter con el paso del tiempo.

Finalmente, la noche envolvió el viñedo con su manto oscuro cuando Sergio se despidió de Mateo con gratitud en el corazón. Se alejó del viñedo llevando consigo el recuerdo de las cepas centenarias y la pasión que había inundado aquel lugar. Ahora entendía que el vino no era simplemente una bebida, sino un arte que conectaba el pasado con el presente, uniendo a las personas a través de siglos de tradición y dedicación.

Esta historia puede no ser cierta-del todo- pero es muy real.
En PAGOS DE MATANEGRA nuestras cepas centenarias crean el vino más mágico de toda la Ribera del Duero.
Saborea una copa de Perillán, Olmedillo, Paraje Tabaneras o Finca Valentina y ¡Cuéntanos tu historia!
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