OLMEDILLO 2016 Pagos de Matanegra. Es un reflejo del corazón de la Ribera, fruta madura, estructura, capacidad de guarda, tanino presente y particularmente esta cosecha dio lugar a una crianza suave y muy fresca, repleta de matices aromáticos y cargado de sabor, que denota una cuidada elaboración a partir de métodos de biodinámica natural, con una poda en seco y verde por ciclos lunares; además 14 meses en barrica de roble francés avalan su crianza.
Este vino posee un color oscuro, con tonos granate, muy brillante, limpio, elegante y profundo. En nariz es fresco, combinando a la perfección frutas negras maduras y notas de confitura de ciruela. Un aroma envolvente y goloso. Al entrar en boca denota aún más esa suavidad y frescura. Una explosión de frutas rojas y negras, con el apoyo de taninos sedosos y brillante acidez, con una plenitud de sabores persistentes en el paladar hasta el final, desarrollando matices largos y concentrados de frutas.
La producción es limitada porque solo elaboramos vinos monovarietales con las mejores uvas de nuestras cepas viejas de tempranillo. Cuando se abre una botella de Pagos de Matanegra Olmedillo 2016, se descubren muchos de los secretos que han encumbrado nuestro terruño, se puede conocer y disfrutar Olmedillo en una copa, porque el vino se hace en la viña y no solo eso, a la par se puede degustar el trabajo y el mimo que empleamos para que la calidad prime sobre la cantidad.
Este Ribera es ideal para acompañarnos durante toda la comida, por su frescura y su elegancia, desde quesos curados, jamón ibérico o una crema de zanahoria y calabaza hasta una carne roja a la plancha, estofada o asada. Una apuesta segura para cualquier evento porque descubrirá que los tiempos han cambiado, pero que la magia se engrandece con esfuerzo y cariño.
Te mereces el mejor vino, Pagos de Matanegra.